miércoles, 15 de octubre de 2008

Yummy

El otro día fui por una tableta de chocolate abuelita por qué tenía antojo de comer chocolate; le dí dos mordidas y lo dejé así medio abierto en mi buró enseguida de mis tres vasos de agua de noches anteriores.
Ahora siempre que me acuesto a dormir me llega el olorsito ese rico que solo el chocolate abuelita tiene, cierro los ojos y tengo dulces sueños.

2 comentarios:

Bambi Marie dijo...

conforme lei tu entrada me acorde de el olor de ese chocolate y me dieron ganas de tomarme una taza asi calientita en este clima medio "odd"

:B

Anónimo dijo...

ahaha me dio mucha ternurita eso de los dulces suenios , tengo mucha flojera y salgo hasta las 5 = (